Las visitas que estamos acostumbrados a hacer al taller son tras observar un fallo o sufrir algún tipo de accidente. Sin embargo, el mantenimiento de un vehículo es fundamental para circular con seguridad. Con un buen mantenimiento preventivo podemos evitar un accidente.
Conducir con cautela y respetar las normas de tránsito son aspectos necesarios pero no suficientes para prevenir accidentes automovilísticos. Para estar a salvo en el camino es además primordial prestar atención al cuidado y mantenimiento del vehículo.
Prevenir es, como bien sabemos, el primer paso para no tener algo que lamentar y, en lo que respecta a tu vehículo, dicha prevención comienza por revisar periódicamente las partes claves para su funcionamiento.
Es importante que el estado de tu automóvil esté en condiciones óptimas para circular. Pues las fallas mecánicas o de piezas que lo componen pueden generar accidentes de tránsito importantes.
Recordá que solicitar la inspección de tu vehículo con un profesional es necesario. Pues una reparación o revisión mal hecha puede poner en riesgo tu vida y la de tus seres queridos.
Presta atención a los siguientes puntos:
– El Aceite, hay que revisarlo cada mes, y se cambia cada 5.000 kilómetros o cada tres meses aproximadamente, ademássería ideal cambiar el filtro del aceite en cada cambio que se realice.
– El Anticongelante, se tendría que comprobar los niveles e incluso cambiarlo todos los años en épocas de frio. También, revisar el estado y la tensión de la correa de la bomba de agua.
– El Líquido de transmisión, se revisa una vez al mes con el motor tibio y el freno de mano puesto. Se recomienda cambiarlo cada 60.000 kilómetros.
– La Batería, comprobar el nivel de líquido de los vasos, que esté seca y limpia en el exterior.
– Los Frenos, el líquido de freno es lo que se tiene que revisar con más atención. Con revisarlo una vez al mes y rellenar lo que necesite es suficiente. También habría que revisar todo el sistema de frenado. Para ello tendríamos que realizar una frenada brusca, para ver si reaccionan correctamente. Y por supuesto, también el freno de mano, si tensa bien o no.
–Comprobar el correcto funcionamiento de todas las luces del vehículo y verificar que los faros delanteros están ligeramente inclinados hacia abajo para evitar el deslumbramiento. No se acostumbra, pero sería ideal llevar siempre luces de repuesto en el vehículo.
– Los Limpiaparabrisas, es importante tener siempre liquido en el recipiente de agua y añadirle un poco de líquido para limpiar cristales o un poco de detergente. Comprobar que no estén obstruidos los orificios de salida del agua y también verificar el estado de las gomas de los limpiaparabrisas.
– Los Neumáticos, un neumático tiene que tener la presión correcta según indica el fabricante. Comprobar el dibujo del neumático y si no existen grietas ni deformaciones en la goma. Es recomendable cambiar los neumáticos a los 15.000 kilómetros aproximadamente. Y siempre, la alineación y el balanceo deben ser los óptimos.
– También se debería comprobar que las placas de matrícula sean visibles, controlar el filtro del aire, el nivel de líquido de dirección, buen funcionamiento de los airbags, si los tuviera. Corroborar el funcionamiento del aire acondicionado o calefacción y ver si el coche tiene fugas cuando lleva un tiempo estacionado en un mismo lugar.
Si tenemos a punto nuestro vehículo, alargará su vida útil y será mucho más seguro transitar en él.
Y como dice el refrán “más vale prevenir…” esto es aplicable tanto a nuestra vida como a la de la del vehículo.
De igual manera queremos que te sientas tranquilo, ya que,ante siniestros nosotros te acompañamos.Para conocer los pasos a seguir ante un siniestro, ingresa aquí